PANDORA es un sistema patentado que sustituye las macetas normales de jardinería y viveros por contenedores modulares plegables de plástico ligero, capaces de satisfacer cualquier necesidad de cultivo: desde la producción de pequeñas plantas (a partir de semillas o clones), hasta el cultivo y floración de hortalizas, así como el mantenimiento de plantas madre. Además, su versatilidad hace que puedan utilizarse con cualquier tipo de sustrato y/o técnica de cultivo (tierra/suelo/insertos para hidroponía).

Las ventajas de PANDORA son fáciles de adivinar y se pueden expresar de la siguiente manera

Más baratas que las macetas tradicionales

Más discretas

Más inteligente

Menos voluminosas

Menos contaminante

Menos pesados

Menos costosos de transportar

La forma de estos contenedores ha sido diseñada para permitir un uso racional del espacio de cultivo aprovechando la recuperación de espacio que normalmente se desperdicia con las macetas rígidas tradicionales.

Todo ello se traduce en un aumento considerable del volumen disponible para las raíces para el mismo número de metros cuadrados cultivados, un factor que no debe descuidarse en la producción intensiva, ya que aporta ganancias en términos de rendimiento tanto en el cultivo de interior como de exterior.

En la práctica, la perfecta modularidad y la extrema cohesión entre los elementos individuales hacen que PANDORA pueda recrear un espacio similar a un terrario en cualquier lugar, pero con la posibilidad de separar los elementos individuales siempre que el consumidor lo desee, por ejemplo cuando una planta enferma o es menos vigorosa que las demás.

Otras ventajas de PANDORA que no deben pasarse por alto son, en primer lugar, su practicidad antes, durante y después de su uso, ya que puede lavarse cómodamente y almacenarse en pequeños volúmenes. De hecho, una PANDORA puede plegarse fácilmente en cualquier lugar, eliminando así el desorden de las macetas durante el transporte, así como cuando no se utilizan temporalmente.

Es fácil ver que este punto concierne tanto a quienes tienen un negocio y no disponen de espacio para almacenarlos como al simple consumidor, que podrá liberar el armario donde suele guardar los tarros que no utiliza.